Nuestra historia

A los 26 años, Pietro Fiorenzato fundó la empresa que lleva su nombre, con sede en Mestre. Era el punto álgido de una trayectoria profesional que previamente le había llevado a colaborar con una de las pocas fábricas de molinillos dosificadores de Italia. Una experiencia vital que le permitió adquirir competencias técnicas fundamentales, a las que Pietro agregó una visión empresarial fuertemente centrada en la calidad de los productos y en la innovación tecnológica.

La Segunda Guerra Mundial obligó a Fiorenzato a transformar su producción, que pasó de la fabricación de molinillos dosificadores a la construcción de armas. Fue un cambio tan drástico como forzoso, ya que el Estado intervino directamente para modificar el negocio de la empresa según la lógica comercial de la economía de guerra.

El conflicto trajo consigo otro evento decisivo. Durante un bombardeo, la fábrica quedó destruida y la empresa perdió así todo su patrimonio material, constituido por inmuebles, maquinaria, materia prima y herramientas. Se trata de un acontecimiento que marcó profundamente la historia empresarial de Fiorenzato, y que requerirá un gran esfuerzo empresarial para su recuperación.

Fiorenzato fabrica el primer molinillo de café de banco. Se trata de todo un salto adelante para la empresa, tanto en cuanto a innovación como en cuanto a ampliación de su oferta comercial. 1948 marca el inicio de una nueva era para el mercado de los molinillos dosificadores en Italia. Y Fiorenzato es su principal protagonista. Un rol que continúa desempeñando a día de hoy y que llena de orgullo a todos los empleados de la empresa.

Se reconstruye la fábrica. Una reacción de fe y esperanza orientada hacia un futuro pendiente de construir; el sueño de un renacer que impulsa a Pietro Fiorenzato a invertir toda su energía en volver a arrancar la producción. Y los resultados no tardaron en llegar: durante los años siguientes, Fiorenzato volvió a entrar con fuerza en el mercado y a enfrentarse a sus competidores directos.

Definitivamente, los años de guerra han quedado atrás y la capacidad de compra de los italianos ha dado lugar a una competencia comercial cada vez más dinámica. Gracias al continuo impulso por la innovación y a la excelente calidad de sus productos, en 1988 Fiorenzato se convirtió en líder del mercado y marcó el inicio de una nueva era para la empresa y sus empleados.

Durante los años 90, Fiorenzato comienza una importante trayectoria de diversificación de su oferta. De hecho, estos son los años en los que la electrónica comienza a modificar de modo significativo las dinámicas industriales y las costumbres de consumo de las personas. Fiorenzato es una de las primeras empresas que intuye el enorme potencial que presenta la innovación tecnológica.

La dirección de la empresa pasa a manos de los nietos de Pietro Fiorenzato, que deciden poner en marcha una nueva estrategia de desarrollo empresarial. La perspectiva empresarial se concentra más en la innovación, y aumentan las inversiones en investigación y en la aplicación de las nuevas tecnologías. Fiorenzato se prepara así para los desafíos del nuevo milenio, decidida a desempeñar un papel protagonista en el mercado de los molinillos dosificadores.

Se presenta el primer molinillo dosificador bajo pedido, y de pronto se hacen patentes las ventajas de esta nueva tecnología. Café siempre molido al instante, menos desperdicio, conservación óptima de los aromas y de los granos de café: son solo algunas de las ventajas que convencen a numerosos operadores del sector de utilizar las nuevas máquinas e invertir en estas líneas de producto.

Fiorenzato presenta el modelo Smart XGi, implementado gracias a la innovadora patente que posee la empresa. El nuevo sistema desarrollado por los investigadores permite calcular los gramos exactos de cada dosis en pocos segundos, para obtener un resultado en taza siempre perfecto. Esta sabia combinación de capacidad de ingeniería y visión tecnológica a largo plazo permite a Fiorenzato dar un decidido paso adelante hacia el futuro de los molinillos dosificadores.

En 2019, para responder a la creciente demanda del mercado, Fiorenzato se traslada a una nueva y amplia sede en Santa Maria di Sala, en la provincia de Venecia. Esto permite a la empresa implementar la producción y aumentar los espacios de almacenaje. Las nuevas instalaciones representan el broche de oro de un proceso de crecimiento constante, que abre el futuro a otros avances, tanto en términos de innovación como de éxito comercial.